sábado, 14 de junio de 2014

Crónica patánica Yihad.Cat: Ziani, Chuhan, Shekau…



Dice Artur Mas: los enemigos de mis enemigos, son mis amigos, sin duda porque recuerda los bailes que se pegó con la primera dama, Helena Rakosnik, cuando novios, gracias al éxito picante del grupo musical Objetivo Birmania titulado Los amigos de mis amigas, son mis amigos… muchos años antes de que una de sus componentes, Lola Baldrich, nos alegrará la vista con su posado en Interviu, exhibiendo su magnífica retaguardia (tenemos las fotos).
  
Artur Mas y sus asesores han encontrado una fuente de inspiración en controvertidas figuras de nuestro pasado, como el conde don Julián y el obispo de Sevilla, don Opas, destacados protagonistas de la ruina de la monarquía goda. El paralelismo requiere una breve explicación. El conde don Julián, a la sazón gobernador de la plaza de Ceuta, estaba enemistado con don Rodrigo, al decir de las crónicas, por el ultraje de su hija Florinda La Cava a manos del último rey godo. Despechado con el monarca, puso sus naves al servicio de Tarik para que éste, con sus huestes mahometanas, cruzara el estrecho y desembarcara en la península. Don Opas, partidario de Akhila, candidato al trono, hijo del difunto rey Witiza, anduvo en tratos conspiratorios con don Julián y con el caudillo árabe Muza para derrocar a Rodrigo, vencido al fin en la batalla de Guadalete.


Esta vez el ataque se cocina por la retaguardia, aunque no la misma que la de nuestra idolatrada actriz Lola Baldrich. Los invasores musulmanes, ahora llamados yihadistas, no cruzan el estrecho, sino que sientan sus reales a mantel y cuchillo, es decir, subvención que te crío, en la corte provinciana de la otrora llamada Marca Hispánica, donde el conde no es don Julián, si no Godó, el de La Vanguardia

Mas, a través de Ángel Colom, su comisario plenipotenciario para el reclutamiento de asociaciones de inmigrantes a favor de la causa llamada soberanista, embolica que fa fort, ha fichado sucesivamente a personajes del calibre del marroquí Noureddine Ziani, presidente de la fundación Nous Catalans, favorable a la independencia de Cataluña, y agente secreto al servicio de Rabat, expulsado por el gobierno español, y al paquistaní Khalid Shabaz, alias Chuhan, candidato en el puesto 79 en la lista de CiU por Barcelona en las elecciones autonómicas de 2011, detenido recientemente en virtud de  sus vínculos con el integrismo radical.

Todos ellos pretenden el debilitamiento de España, los unos para obtener más ventajas económicas, o la separación, según toque, y los otros para trocearla y de ese modo reinstaurar a medio plazo la fe islámica en el perdido y llorado Al-Andalus. Y por esa razón, confluyen táctica y amigablemente. La nueva divisa es El odio a España es grande, y Artur Mas su profeta, que es la shahada o profesión de fe que han de pronunciar en la hora presente los musulmanes afincados en Cataluña. Tras los fichajes fallidos de Ziani y Chuhan, no sería cosa extraña que Mas suspirase por contar con el respaldo de Abubakar Shekau, líder de Boko Haram, sólo que el fulano en cuestión anda muy ocupado secuestrando niñas.     

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