miércoles, 25 de diciembre de 2013

La vaga vaga - Junqueras amenaza con "parar la economía catalana" Crónica patánica



Oriol Junqueras, aunque republicano, pretendiente a la corona de la Cataluña soberana e independiente, pues el tuerto es el rey en el país de los ciegos, amenaza con una huelga general revolucionaria de una semana de duración, ahí es nada (* ver noticia al final de este texto). Dijo el interfecto que el anuncio no era un farol, una baladronada de boquimuelle, y que el genial hallazgo de la vaga catalanista lo había despachado con quién corresponde. Las huelgas las convocan los sindicatos, normalmente, y parece insinuar Junqueras que esa decisión la ha pactado con las cúpulas de UGT.Cat y CCOO.Cat, que firmaron en su día el Pacte Nacional pel Dret a Decidir. También USOC compareció en esa patánica función, a pesar de que las subvenciones que mendiga o recibe son las migajas del pastel que caen al suelo tras el reparto de las centrales mayoritarias. 



La intención es ocasionar un grave perjuicio económico a España, pues un paro de una semana no es cosa de broma. La pega es que el perjuicio económico que causaría a su vez a Cataluña, de tener algún eco su huelga interminable, sería de aúpa. No se acaba de entender esa sublime táctica de dañar al rival, autolesionándose uno mismo. Que es como si el defensa de un equipo de fútbol pretende frenar al adversario propinándole un puntapié en el trasero a su propio guardameta. Algo así como los comandos suicidas de liberación de La vida de Brian. Patanismo en estado puro, quintaesencia hebefreno-catatónica. Dicen de Junqueras que es un lince, un gran estratega de la política, el hombre del momento, vamos… y todo apunta a que se llevará el gato al agua en las próximas elecciones, sean o no plebiscitarias. Circunstancia que traslada una idea aproximada del nivel, francamente mejorable, del paisanaje.

Ante semejante anuncio uno se imagina los temblores, que ni el baile de san Vito, que le deben de entrar a ese amplio segmento de orden de la sociedad catalana, de pequeños industriales y comerciantes. Ya lo dijo en su día Josep Pla: la política doméstica se ha distinguido desde hace décadas por su componente manicomial. La ubuesca patapolítica indígena deja en paños menores nuestras burlas inocentes. A lo que vamos, han transcurrido unos días desde que Junqueras doblara la apuesta y los sindicatos no dicen ni mu, acaso por amarrar prebendas futuras, y transigen con una “vaga” un tanto vaga con aires de reedición de la Semana Trágica. Lo que deja claro el desplante de Junqueras es que no se violenta la ley sin sacrificios, pues antes o después toca elevar el tono, eso se filtra a la convivencia cotidiana y se traduce, muchas veces, en episodios de violencia. Permanezcan atentos a esta patánica pantalla… qué añito nos espera… aquí no cabe un tonto más… 
  
Junqueras amenaza con "parar la economía catalana" una semana para presionar a España

El líder de ERC advierte de las consecuencias de un parón de una semana en Catalunya sobre el PIB y la estabilidad financiera de España | Junqueras pide en Bruselas que la UE vele por los "derechos democráticos" de Catalunya y apoye la consulta



viernes, 6 de diciembre de 2013

Súmate… a la poli judía del gueto. Crónica patánica




Súmate es un colectivo separatista reclutado entre castellanohablantes en los barrios periféricos del área metropolitana de BCN. Obedecen al perfil del llamado charnego agradecido, en la línea de José Montilla, que fue, no es coña, presidente de la Generalidad, e incluso ministro de Industria. Sólo que los integrantes de Súmate han ido más lejos que el domesticado cordobés abrazando la redentora causa del soberanismo.

A veces sucede: el servicio emula a los señoritos y adopta sus ideas, aunque versionadas en una clave chusca, ramplona. Los criados de Downton Abbey emulan, salvando las distancias de cuna, a los amos. Es la fidelidad inquebrantable de la mayordomía vocacional, del palanganero que, bayeta al hombro, limpia salpicaduras y manchurrones de los jergones del lupanar.

Las páginas de la Historia están llenas de ejemplos de servilismo ancilar aderezado de pinceladas exóticas, con gran profusión de plumas y turbantes de mamelucos o cipayos. Los ejércitos en campaña alinean en sus flancos a tropas nativas para someter al enemigo. Los romanos recurrían a los visigodos para detener a los hunos. Los franceses a los hurones para guerrear contra los ingleses. Los panzas azules de la Caballería yanqui mandaban en descubierta a los guías indios para perseguir a sioux y comanches. Las tropas españolas en Marruecos tenían a sus auxiliares rifeños, con tarbux colorado y borla, para proceder al alegre degüello de los rebeldes de las jarcas hostiles.

La policía judía del gueto tenía la encomienda de aporrear a sus hermanos intramuros para evitar a los SS el trabajo sucio en ese espacio estrechujo, cerrado, pestilente, al copo de epidemias, hacinamiento, desnutrición, mortandad… un horror. Y el poli judío del gueto, una especie de sonderkommando acarreando cadáveres hasta el crematorio, se garantizaba unos meses más de vida, pues los agentes de la amaestrada poli judía serían los últimos en desfilar por la cámara de gas. Amaestrada y patética, porque los disfrazaban con un uniforme ridículo, como de mono de feria, con su gorra de plato, estrella de David en el brazalete y cachiporra para tundirle el cráneo a sus iguales. Vean, para muestra un botón, al poli judío de la extraordinaria película de Roman Polanski, El pianista. El poli-botarate se recorta el bigote al gusto hitleriano. Ese uniforme, ese disfraz astroso, en otras coordenadas espacio-tiempo, muda acaso en vestido de lunares y faralaes para amenizar el sarao en una caseta de la subvencionada Feria de Abril en Can Zam, o doquiera se celebre… entre rebujitos y manzanillas, y ante la mirada vigilante y complacida de los amos del corral. Es el mito actualizado del buen negrito, del tío Tom.

Si tienes alma de fámulo, de felpudo o escupidera, te mola que la superioridad te dé una palmadita en el hombro y quieres que tus hijos sigan tu ejemplo y sirvan a los hijos de tus amos… alístate… Súmate a la poli judía del gueto.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Liga catalana: la lliga - Crónica patánica



Una de las mentirijillas de mayor éxito del nacionalismo desmelenado nos remite a la liga catalana, la lliga, pero no la de Cambó, sino la de fútbol. La gansada se las trae, pero tiene su lógica: en un ambiente social dominado por el patanismo más ramplón, el fútbol actúa como dinamo que potencia esa patanería ad infinitum. En efecto, nos hemos cansado de oír que, si se declara la independencia, el Barça, que respalda el llamado dret a decidir, continuará disputando la liga española, una de las más importantes de Europa… aunque no dicen ni mu de en qué liga jugaría el Bayern Folgueroles. El núcleo de esta pampirolada es la idea de que no pasará nada, todo continuará igual, y obedece al mismo complejo argumental de una Cataluña separada de España que no saldrá de la UE, o de unos ciudadanos catalanes que mantendrán la doble nacionalidad (para cobrar, jajá, las pensiones de la caja única de la Seguridad Social). Pues nada, que el Barça militaría en la liga española. De modo que el club más emblemático de la capital de un país al fin soberano, renunciaría a jugar la liga nacional creada en ese nuevo Estado y disputaría, mira tú por dónde, la del país del que acaba de separarse. Sensacional.

Una hipotética Cataluña independiente dispondría de equipos federados suficientes para tener su propia liga e incorporar a los mejor clasificados a las competiciones continentales. Como hacen Eslovenia o Montenegro, países de menor tamaño y demografía. El equipo más famoso de Holanda, el Ajax, disputa la liga holandesa, que es lo suyo, y no la Bundesliga. No hay noticias de que el Olímpico de Ljubljana, de la capital eslovena, promueva su inclusión en el scudetto, que es la liga de la vecina Italia. Ni los equipos húngaros juegan en Austria, ni los austriacos en Hungría. Los publicistas de este disparate mayúsculo citan el caso del Mónaco, que compite en la liga francesa. Es cierto, pero en el minúsculo principado sólo los croupiers del casino y los amantes de Estefanía forman número suficiente para alinear a once jugadores. 

Por otro lado nos imaginamos la calurosa recepción que los equipos españoles dispensarían al FC Barcelona, si, finalizado el torneo anual, ocupara una de las plazas de Champions. Imaginemos que a España le corresponden tres plazas directas para dicha competición. Y el Barça queda tercero, desplazando al Valencia CF o al Atlético de Madrid, clubes de reconocida trayectoria internacional. Ah, cómo no, dirían en un alarde de deportiva bonhomía sus dirigentes y accionistas, de modo que un equipo de un país extranjero nos birla la plaza que da acceso al trofeo de mayor prestigio y que genera más ingresos… ¡Eso es fantástico!…y se volverían risueños a sus casas, tras brindar con cava catalán por el éxito del club intruso. Los hay dispuestos a creerse cualquier cosa.

El Barça tendría que jugar la liga catalana y punto. Y hoy por hoy, diseñada, por ejemplo para 16 equipos, la compondrían los mejor situados de la región: 2 de Primera, 2 de Segunda (pues el Barça B, en su condición de filial, dejaría una plaza libre), 9 del grupo III de Segunda B (ya que el Español B, filial perico, también dejaría libre su plaza), y 3 del Grupo V de Tercera División, los tres primeros de la tabla a jornada 12 del campeonato. A saber: FC Barcelona/ RCD Español/ Girona/ CD Sabadell/ Llagostera/ UE Lleida/ Olot/ Reus/ Nàstic de Tarragona/ Sant Andreu/ Hospitalet/ A.E. Prat/ Badalona/ Montañesa/ UE Rubí y CE Europa, el equipo del barrio de Gracia. Qué de partidazos en el Camp Nou.    

viernes, 1 de noviembre de 2013

Cinco nacionalidades - Crónica patánica



Se le ocurrió a Junqueras durante una pesada digestión. Al concluir el ágape, entrelazó las manos sobre su panza abacial, sesteó, con un hilillo de baba en la comisura de los labios, y al despertar por el futilazo eléctrico de una intuición genial, exclamó ¡Eureka!... En efecto, los catalanes que lo deseen, proclamada la independencia, mantendrán doble nacionalidad: catalana y española.

Comoquiera que serán muchos, Junqueras dixit, los acogidos a esa prebenda (prebenda es que el nacional de un país que se separa de otro mantenga la nacionalidad del país del que se ha separado porque Junqueras lo diga), la Unión Europea no podrá expulsarnos de su mullido seno, pues si lo hiciera, excluiría arbitraria e injustamente a millones de ciudadanos que ya son ciudadanos-UE en virtud de su milagrosamente preservada nacionalidad española. Advertimos al señor Junqueras, que, por ejemplo, no pocos argentinos, a causa del convenio de doble nacionalidad suscrito entre España y la república austral, son ciudadanos españoles, y no por ello en Argentina son de aplicación los tratados de la Unión. Detalle a tener en cuenta.

No parece muy cabal separarse del país promotor de la catalanofobia, que nos oprime y expolia desde hace siglos, al menos tres, para solicitar al día siguiente su nacionalidad. Cabe que los catalano-españoles de Junqueras, por españoles, pudieran votar, por qué no, al Congreso de Diputados, y que, habiendo sido proclamada la independencia, en Madrid se llevaran la morrocotuda sorpresa de que CiU constituyera de nuevo grupo parlamentario en la Carrera de San Jerónimo. No se librarían de nosotros jamás.

Podríamos continuar este escalofriante ejercicio de política-ficción, pero no disponemos de espacio para otras divagaciones igualmente inquietantes. Una más: no sólo la pérfida España se empecina en abortar nuestra plenitud nacional. Otros estados constituidos, Francia, Italia y Andorra, imitan su ejemplo e impiden la reunificación de los así llamados països catalans. Perpiñán, Ceret y Arlès nos pertenecen… -que ya prohibiremos los toros a esos malos catalanes-... No olvidamos la localidad sarda de El Alghero, razón por la que sus residentes habrían de disponer de doble nacionalidad, nativa e italiana. Y Andorra, tan reacia a abrir sus parroquias a los foráneos, no podría mantenerse al margen, por mucho tiempo, de la Gran Cataluña, y negar su codiciada nacionalidad a los catalanes allí avecindados. De modo que los catalanes seremos sólo catalanes, los menos agraciados, y otros, catalanes y españoles, o franceses, e incluso italianos, si non é vero é ben trobato, o andorranos, o todas las cosas a la vez. Y descubriremos que, aún fuera de la UE, seremos los más europeos de Europa, qué digo de Europa, del mundo. Europeos por quintuplicado. Cinco nacionalidades, vamos, como el famoso torneo de rugby…