jueves, 1 de mayo de 2014

Frente Nacional (sudcatalà) - Crónica patánica



Se sienten especiales... 

En las olimpiadas de invierno celebradas en Sochi, Rusia, un atleta catalán obtuvo nada más y nada menos que dos medallas de oro. Pero no competía por la delegación española… sino por la francesa. En efecto, el laureado Martin Fourcade, natural de Ceret, Francia, se impuso en sendas pruebas de biatlón. Al quite, los medios de comunicación nativos saludaron su gesta deportiva diciendo que Cataluña inauguraba su medallero por tratarse de un campeón nordcatalà. Lo que, por una sencilla regla de tres, implicaría que si un atleta valenciano, o de la comarca murciana de El Carche, obtuviera un sonado éxito internacional, sería un sudcatalà el artífice de tal proeza. Un català insular si fuera mallorquín, y d’ ultramar si oriundo de la localidad sarda de El Alghero. Chúpate ésa.

No mucho más tarde, la por algunos llamada Catalunya Nord nos deparó nuevas y sensacionales noticias. En efecto, celebradas las elecciones municipales francesas en su primera vuelta, supimos que en Perpiñán, capital del departamento de Los Pirineos Orientales, la opción más votada fue la de Monsieur Louis Aliot, candidato del Frente Nacional de Marine Le Pen, con un 34’19% de los sufragios (véase la web oficial del ministerio francés del Interior). Curiosamente los medios locales no se hicieron demasiado eco de esa impensada victoria del político nordcatalà. Cierto que, en la segunda vuelta, Monsieur Aliot, vio como otro nordcatalà, el candidato de la derechista UMP, Jean-Marc Pujol, le arrebataba la codiciada alcaldía por un ajustado tanteo porcentual de 55-45.

En definitiva, las necesidades identitarias de los nordcatalanes, como los llama TV3, las satisface el Frente Nacional francés, y aún en mayor medida la UMP de Sarkozy, habida cuenta que los partidos catalanistas tienen allí un predicamento escaso (*) y no pasan de irrelevantes partidículos, pues en Francia los localismos esencialistas no gozan del fervor popular y se consideran vestigios feudales, anacronismos de l’Ancien Régime reñidos con el sano principio republicano de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, al margen de su localidad de nacimiento o residencia.
No obstante, también nosotros tenemos nuestro Frente Nacional autóctono, el Frente Nacional sudcatalán que integra a partidos políticos, sindicatos, medios de comunicación y entidades empresariales, además del tejido asociativo generosamente regado con fondos públicos. Como si los Pirineos fueran un eje de simetrías y al desdoblar ambas mitades coincidieran a las mil maravillas: a un lado el FN de Marine Le Pen y al otro CiU, ERC, ICV y CUP. El antes llamado PUC, Partido Unificado de Cataluña, que nos brinda el sabroso capicúa PUC-CUP, y que aquí rebautizamos como Frente Nacional sudcatalán.

Pero… espera tú que al primer ministro francés, Monsieur Valls, también catalán, pero de Barcelona, no le dé por suprimir departamentos en su afán por reducir los elevados costes de la administración gala. En fin, que algunos de nuestros botarates aborígenes han topado, ahí es nada, con la Grandeur de la France… y esa gente juega en otra división.

(*) Para conocer más detalladamente el comportamiento electoral de los nordcatalanes del Departamento de los Pirineos Orientales, ver el capítulo correspondiente del Manual de autoayuda para abducidos por el catalanismo, de próxima aparición en nuestra web.

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